domingo, 3 de marzo de 2013

La hora de la vianda

Opciones para que los chicos lleven alimentos adecuados al colegio
Por Miriam Becker | Para LA NACION
 
 
Los veranos se han prolongado y los otoños suelen ser bien calurosos. Frente a estas temperaturas, hay que pensar qué conviene que los chicos lleven a las escuelas. En general, ellos prefieren las comidas frescas y así deben salir de las casas. Hay que asegurarse que así también se conserven en las escuelas. Cuando llegan al establecimiento, las luncheras deben ir de inmediato a la heladera, además de haberse puesto, oportunamente en los recipientes que lo conserven, para una mayor seguridad alimentaria.
Esto último comienza en la cocina hogareña. La calidad de lo que lleven no se refiere sólo a la nobleza de los productos, sino a cómo se trabajaron en la cocina: siempre con las manos limpias y la zona de trabajo impecable. En lo posible, no poner en las viandas los sobrantes de la comida anterior porque seguramente han permanecido mucho tiempo sobre la mesa y las bacterias tuvieron tiempo de multiplicarse. Si la comida de la cena será parte del almuerzo del día siguiente, hacerla, retirar una porción, llevarla a la heladera y al día siguiente alistarla para la escuela. Cuando llegue, irán a la heladera para servirlas frías o calentadas en microondas.
Simple y natural. Si se envían hortalizas cocidas (brócoli, espárragos) o frescas (tomate), se pueden enviar en pequeños recipientes rociados con una vinagreta muy leve: a las bacterias no les gustan los medios ácidos. Sandwichitos de lomo, milanesa o supremas, todo bien cocido y sin sectores rosados. La mayonesa o ketchup, en sobrecitos individuales. Fruta bien lavada y por unidad. También puede ser queso semiduro+dulce.
  • Sin pan
    Rollitos de jamón cocido, el lomito o milanesa cortado en tiras
  • Fruta con piel
    Se conserva mejor y no se "oxida" (manzanas, peras, banana)
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